domingo, 8 de junio de 2008

SUJECIÓN Y SEMILLA

¿La verdad? La verdad me cagas, por momentos te amo y ya luego no te soporto. Supongo que la mejor explosión de amor, contigo, sería asesinarte en medio de la euforia sexual. Pero sé que tu has pensado lo mismo y por eso te gusta tanto agredirme, sé que te encanta la sensación de asfixiarme levemente y dejar mi piel arrancada bajo tus uñas... Es por eso que siempre revalúo aquella idea y paso a creer que lo mejor sería simplemente desaparecer, ir lejos y esconderme donde no me encuentres.

La noche que antecedió a aquel día, ese en que nos gritamos y en el que me mordiste el labio después que te abofeteé, había planeado todo: cómo, cuando, con qué, para dónde y por dónde escaparme de ti; sin embargo cuando llegó la hora no lo hice, no lo hice porque tú habías sido mi escape a toda la mierda anterior, lo único que podría encontrar después de ti sería algo peor, así que preferí quedarme a tu lado reprochándome a cada instante el haberlo hecho, pero lo cierto es que no podía ser de otro modo, no era la primera vez que intentaba escapar de ti, y siempre terminé arrepintiéndome en el último segundo, siempre hay alguna caquita de gato que se atraviesa y me hace retroceder, siempre está la puta necesidad, mi vicio.

Algún día lo lograré, sé que lo debo hacer, sé que te debo asesinar mientras ambos estamos coitalmente unidos y perdidos. Solo así podré hacerme a otro vicio, a otra muerte para vivir.

BERNARDO BARRERA

1 comentario:

Modelo para una teoría del conocimiento. dijo...

Es bueno todo vicio para algo
y también, dice Baal, quien lo practica.
Vicios son, ya se sabe, lo que se quiere.
Elegíos dos vicios, porque uno es demasiado.

Bertold Brecht